jueves, enero 29, 2009

!Noticia del ultima hora! AMAR Y SERVIR YA ESTÁ EN CONEXION COLOMBIA


Queremos compartir con todos nuestros amigos y compatriotas en todos los lugares donde están viviendo que desde el 14 de enero del presente año somas parte de CONEXIÓN COLOMBIA.
Ahora Uds podrán conocer de nuestros trabajos con campesinos, con niños y niñas, con mujeres, con desplazados, a traves de la pagina de www.conexioncolombia.com
Esta es la carta de aceptación por parte de Conexión Colombia a la Fundacion Amar y Servir. Oprima aquí.

domingo, enero 18, 2009

Para una ocasión muy especial. Una historia para reflexionar

Ella las guardaba celosamente. Ni su nieto más querido, que se apapachaba con ella cuando quería conseguir algo, logró convencerla de que le dejara usar unas cuantas monedas de las que tenía en su vieja alcancía, (esas que daban los bancos para hacer el ahorro con las vueltas), para comprar unas velas para la fiesta de la Inmaculada. Desde hacía 4 años ya no le cabían más monedas y la respuesta que le dio a su nieto fue contundente: “esto es para una ocasión muy especial y todavía no ha llegado”, y continuó, “para las velas, pídale a su tía que llega más tarde, ella le da un billetico”. El 16 de diciembre que acaba de pasar, ella entró la capilla de la soledad para iniciar la Novena de navidad que empezó muy puntualmente a las 5:30 de la mañana en. Ese día para ella fue de una alegría inmensa. “Encontré la ocasión que estaba esperando” dijo ella cuando escuchó al cura proponerles una campaña a favor de Fe y Alegría, en un pequeño pueblo que se llama Los Patios, cerca de la frontera con Venezuela. “Ahora ya se para que son todas esas monedas que recogió durante tanto tiempo”.El cura los había invitado a no dejar que las monedas les rompan los bolsillos, o terminen tiradas en el asfalto. “yo sé que Uds. no usan las monedas de cinco, de diez ni de veinte pesos” les dijo. “Bueno pues les propongo una plan que vamos a denominar TU CAMBIO PARA EL CAMBIO. Recojamos todas las monedas que podamos durante estos días de la novena y al final contamos lo que hayamos recogido y lo llevamos al banco y vemos cuanto suma todas esas monedas que sin darnos cuenta se nos va por el caño”Al día siguiente, 17, ella estaba en la tercera fila del lado izquierdo, junto al pesebre y en sus manos tenía la vieja alcancía. Otros traían las monedas en bolsas del supermercado, o simplemente en sus bolsillos. Terminado el comentario sobre el texto de Isaías, que decía: “Como la lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, y producen la semilla para sembrar y el pan para comer, así también la palabra que sale de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto, sino que hace lo que yo quiero y cumple la orden que le doy”, el cura invitó a las personas que habían recogido monedas ir hasta el pesebre y depositarlas en las dos alcancías que se habían colocado. Se hizo una larga fila y uno a uno fue depositándolas en las dos alcancías mientras se entonaba un villancico.

Al terminar de depositar las monedas, junto a las dos alcancías que el padre había puesto, había una más. La de la abuela, que estaba a reventar de monedas. Cuando ya estaba cerrando la iglesia, la abuela se acercó al cura y le dijo: “Gracias padre, por darme la oportunidad de usar estos ahorros para ayudar a los niños del jardín de Fe y Alegria”. El cura le dio un abrazo y ella con una alegría que no podía disimular, empujó la puerta de vaivén y salió del templo.La primera contada de monedas fue el viernes 19. Las alcancías pesaban como tres kilos. “Aquí hay mucho dinero” le dijo un voluntario de la fundación al cura cuando llevaban las monedas para el tercer piso donde queda la sede de la fundación. Había de todas las denominaciones: de 5, de 10, de 20, de 50 y hasta de 500 pesos. Para abrir la alcancía de la abuela, como no tenían la llave del banco, al cura le tocó usar un destornillador. Lo que encontró le dejó arrugada el alma. La alcancía tenía monedas de todas las denominaciones. Monedas que ya no circulan. Había monedas de mil pesos, de veinte de las grandotas, de cinco, de un peso, de cincuenta centavos, la de doce lados, de veinticinco, había muchas de diez centavos con la imagen del cacique Calcará de 1952, de cinco y hasta de un centavo de 1967.
Incluso encontró una de veinte centavos de 1938, de plata ley 0.900. En total $4.109,46, sin contar seis pesetas de España, sesenta y siete centavos de dólar americano, once centavos de euro, diez centavos de Aruba, diez centavos de Cuba y un céntimo del Perú.Ninguna de ellas, a excepción de la de plata, las podrá usar el cura para el proyecto de Fe y Alegria. El cura recordó las palabras de la abuela, la madrugada que trajo sus monedas: “gracias por darme la oportunidad de usar estos ahorros para ayudar a los niños del jardín de Fe y Alegria”.Pero no todos esperaron tanto tiempo. El cura les contó que durante los nueve días se recaudaron $ 1.154.580 que van a servir para el proyecto de Fe y Alegría.

Pregunta: ¿A qué te invita el Dios de la Vida, cuya fiesta de Navidad celebramos hace unos meses, a través del testimonio de fe solidaria de esta mujer anciana en el contexto de tus propias posibilidades?...
NOTA: Según el Banco de la República, en el mes de diciembre de 2008 había $ 25.949.400.000 en monedas de 5, 10 y 20 pesos, circulando en Colombia ¿Cuántas de estas monedas están en alcancías y nocheros, esperando una oportunidad para ser usadas en una buena causa?

Si Ud. quiere participar en la campaña TU CAMBIO PARA EL CAMBIO escriba a ays.director@jesuitas.org.co y pregunte como puede hacerlo